lunes, 2 de diciembre de 2013

Sal sin modificaciones genéticas.

La satanización a la que se ven sometidos los organismos modificados genéticamente (OGM) no conoce límites, tanto es así que incluso se colocan etiquetas que garantizan la ausencia de modificaciones genéticas en productos como la sal:



La sal común se forma cuando se combinan sodio y cloro en forma de cloruro sódico (NaCl), se consigue por evaporación de agua de mar, de lagos salados o de mediante la extracción de una roca llamada "Halita", que está formada por cristales de sal.

Dicho de otra forma, la sal no es un organismo, ni contiene organismos derivados de los procesos de producción o extracción. Por tanto es totalmente imposible modificar sus genes, más que nada porque no tiene.

Visto lo visto se me ocurren dos ideas; la primera es montar una empresa que se dedique a emitir certificados de "no OGM", para productos que no tengan genes, así ni tan siquiera me haría falta tener un laboratorio. La segunda es crear el premio "pollo sin espinas", para aquellos productos con etiquetas realmente absurdas... ¿o igual no son tan absurdas y están puestas con la idea de que las personas no versadas en el tema compren su producto?. Bueno, en cualquier caso la sal no modificada genéticamente se lo ha ganado:



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